Querer a una persona un Seis y medio

En abril del 2015, Julio Fraga se lanzaba como director con su primer largometraje: Seis y Medio. Se trata de una película dividida en cuatro partes donde el amor y el desamor se cogen de la mano bajo los dos protagonistas, y únicos personajes del film. La pareja muestra sus puntos de vista a la hora de entender el amor y aprender a enamorarse, después de haber vivido malas experiencias en un pasado. A medida que transcurre la acción, vemos cómo la infidelidad, el recuerdo y los celos hacen tambalear a la pareja. Acaban aceptando que solo serán capaces de quererse un seis y medio, hasta que llegue alguien que les haga querer un diez.

La historia se desarrolla en un mismo escenario, la casa donde viven los protagonistas. Este escenario cambia en los últimos planos de cada división del film donde se muestra un paisaje externo al hogar y deja ver el fin de ese capítulo.
Debo destacar la calidad de la fotografía, haciendo hincapié en los dos primeros minutos de la película. En las primeras imágenes, vemos unos espectaculares planos detalle que nos presentan lo que posteriormente pasará a ser el escenario de la acción. Otra de las escenas sobre las que debemos hablar es el plano cenital de la cama en la que se encuentra la pareja tumbada.
Esta película sigue una estructura que se repite en cada una de sus partes. La idea de seguir el mismo patrón tiene un punto positivo, ya que permite ver una evolución en las ideas y los sentimientos de los personajes. Sin embargo, a la hora de disfrutar de la película, puede convertirse en algo cansado y repetitivo el ver siempre la misma estructura. Esto hace que el espectador en algunos momentos sienta que los acontecimientos son muy lentos.
La historia nos muestra una forma de llevar el amor y una relación muy diferente a lo que estamos acostumbrados normalmente. El director relaciona el amor con la ciencia, poniendo soluciones metodológicas para hacer frente a los problemas y las barreras con los que se encuentran los personajes. Esta idea hace que el espectador se pare a pensar, ya sea por que comparte la idea o por que opina algo contrario a lo que esta viendo.
La monotonía de la película culmina con un final que da la vuelta a la historia. El último minuto del film es capaz de dejar al espectador sin palabras y deja en el un buen sabor de boca.
Director: Julio Fraga.
Reparto: Cristina Rojas y Homero Rodríguez.
Guion: Víctor Maña.

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