Cuando Madrid era un plató del cine americano
Durante la década de los cincuenta y los sesenta los
directores estadounidenses empezaron a mostrar interés por España para las
localizaciones de sus películas. Además, los reducidos costes técnicos y
humanos, y la facilidad para conseguir licencias animaron a escoger España como
lugar de rodaje. Varios artistas reconocidos, como Ava Gardner o Audrey Hepburn,
vinieron a Madrid durante largas temporadas.
Las estrellas de Hollywood llegaban a la capital con todas
las atenciones y todos los lujos. Los cronistas de estos años, como Vicente Ibáñez
y Juan Gyenes, fotografiaban los momentos cotidianos que vivían los actores en las
calles madrileñas. Gracias al fotoperiodismo de esos años podemos ver imágenes de
Frank Sinatra caminando por la calle Víctor Hugo o a Sophia Loren en el patio
de caballería del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial.
La llegada de Hollywood a Madrid trajo consigo un interés por
seguir la vida americana y modernizar el estilo de vida que había en España. Con
ello llegaron los cocteles, los espectáculos, las recepciones en los hoteles y
las inauguraciones en las que las personalidades norteamericanas estaban
invitadas y coincidían con las estrellas españolas.
En 1958 Samuel Bronston daría comienzo al Imperio Bronston,
colocando a Madrid al nivel de los estudios mundiales. La calidad de las
coproducciones y producciones españolas, la posicionaban como una sucursal de
Hollywood. Podemos hablar de dos películas que marcaran el cine español en la década
de los cincuenta: Alejandro el Magno y
Orgullo y Pasión.
Audrey Hepburn |
Llegada de los actores norteamericanos |
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